A primera vista, “seco” y “deshidratado” pueden parecer dos palabras para describir lo mismo. Pero en cosmética, cada una representa una preocupación totalmente diferente con causas subyacentes propias. De una manera sencilla vamos a intentar caracterizar una piel seca de otra deshidratada y al final te contaremos la mejor rutina para tratarlas.
En líneas generales, se entiende por seca a un tipo concreto de piel (junto a la mixta, grasa, normal, por ejemplo) mientras que la deshidratación es una condición que cualquiera de ellas puede experimentar.
La piel seca se caracteriza por tener un nivel de aceites o lípidos insuficiente, mientras que la deshidratada se debe a la falta de agua en la superficie. Así, no hace falta tener una piel seca para tenerla deshidratada, muchas grasas y mixtas adolecen esa falta de humedad.
Para saber si tu piel se encuentra deshidratada puedes atender a varias señales. Primero, la apariencia, ya que es probable que se vea mate y apagada y comiencen a aparecer líneas finas o signos de envejecimiento prematuro, como flacidez o arrugas. Después, el tacto, al pasar tu mano por ella se suele sentir tirante o rugosa, además de alterarse fácilmente.
Aunque parezca obvio, lo más importante es beber suficiente agua. A partir de ahí, como la piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo, elegir ingredientes de calidad que permitan retener la humectación resulta vital. Los encontrarás dentro de la línea específica hidratante de las marcas de belleza. Por ejemplo, el aceite de oliva, tan conocido en el Mediterráneo por sus beneficios. Rico en antioxidantes, como la vitamina E, y polifenoles, el aceite de oliva posee propiedades protectoras frente a las agresiones externas, suavizantes y reparadoras esenciales para combatir la deshidratación y sequedad. En La Provençale Bio elegimos utilizar la variedad Bio procedente de cultivos ecológicos con D.O La Provenza para nuestros productos.
Por último, mantener un estilo de vida saludable también ayudará a que la piel se muestre radiante y jugosa. Una buena dieta, hábitos saludables, usar protector solar y evitar el tabaco y el alcohol serán de gran ayuda.
Los factores ambientales, como el viento y el frío pueden ser grandes causas de sequedad en la piel, pero el más preocupante es la radicación solar. Una exposición inadecuada puede afectar de múltiples maneras, acelerando el envejecimiento, incrementando los radicales libres y deshidratando.
Duchas y baños con agua dura y/o demasiado caliente pueden resecar en exceso. Por eso es recomendable tomar una ducha corta con agua templada, más que una a temperatura elevada.
La edad también afecta a la piel. Según nos hacemos mayores esta tiene más dificultades para mantener los niveles de hidratación adecuados. Por eso suele mostrarse áspera y arrugada de manera más notable.
Aire acondicionado y calefacción excesivos tampoco son recomendables. Aunque ya no concibamos la vida moderna sin ambos, los cambios de temperatura bruscos afectan a la hidratación. Si pasas mucho tiempo en estos ambientes la notarás más seca e incluso irritada o con picores.
Por último, una rutina de belleza inadecuada puede contribuir a agravar la deshidratación. Especialmente en lugares con alta oscilación térmica es imprescindible poder contar con una buena crema y aceite para el cuerpo y la cara que las suavicen y protejan.
Primero, tanto por la mañana como por la noche, dedica un momento a una limpieza efectiva. Emplea un producto que elimine los residuos, polución, células muertas y maquillaje depositados en la superficie. Nuestra apuesta es el Agua Micelar Anti-edad enriquecida con extracto de hojas de olivo BIO, rico en polifenoles, porque tonifica y limpia sin necesidad de frotar o aclarar, dejando la superficie lista para recibir el tratamiento. Tras su uso notarás el rostro fresco y suave, sin rastro de tiranteces o incomodidad.
Después, aplica una crema iluminadora, como el producto estrella para pieles secas y/o deshidratadas de La Provençale Bio , el Bálsamo Nutritivo Iluminador. Enriquecido con aceite de oliva BIO, aceite de argán BIO y aceite de jojoba BIO, se funde al momento sin dejar sensación grasa. Nutre intensamente, calma y protege frente a las agresiones externas al reforzar la función barrera. Así verás que tu rostro se muestra lleno de vitalidad y luz, irradiando resplandor.