¿Leche limpiadora o agua micelar? Descubre cuándo debes usar cada una según tu piel



En una esquina tenemos al agua micelar, producto desconocido para los occidentales hasta no hace mucho tiempo, que ha roto los moldes de la rutina por su resultado fresco y suave. En la otra, la leche limpiadora, un clásico cosmético que probablemente lleva generaciones en el armario del cuarto de baño, dado que deja el rostro elástico e hidratado. ¿Agua micelar o leche limpiadora? ¿Qué elegir en la limpieza diaria? No es fácil decantarse por un paso a paso fácil y efectivo que te apetezca seguir día a día, ante la oferta de belleza actual, tan amplia y plagada de novedades. No te desanimes y sigue leyendo para descubrir cuándo usar cada producto, o los dos, dependiendo de tu tipo de cutis y circunstancias.

Diferencia entre agua micelar y leche limpiadora

Todos conocemos la importancia de la limpieza, gesto que no debe faltar mañana y noche, te maquilles o no. Si quieres sacarle el máximo partido y preparar adecuadamente la epidermis para que reciba eficazmente los tratamientos, debes escoger el tipo de producto que trate mejor las particularidades de tu piel.

El agua micelar es una solución líquida, ligera y fresca, que se suele aplicar con un algodón o disco desmaquillante sobre cara, cuello y escote. Contiene una base de moléculas llamadas micelas, que atraen como imanes las partículas depositadas en la superficie, ya sea maquillaje, células muertas o contaminación, de una pasada. No hace falta restregar o aclarar, al tacto la tez se siente cómoda y suave, lista para continuar con el resto de productos dentro del ritual.

La leche limpiadora es una loción que trabaja para desmaquillar y retirar las impurezas mientras mantiene el manto hidrolipídico, gracias a una textura más sedosa y densa. Utilizando poca cantidad, se debe masajear mediante movimientos circulares con los dedos sobre la tez para favorecer su penetración. Después se pasa un algodón ejerciendo una ligera acción de arrastre y por último se aplica un toque de tónico para que el resultado sea completo.

Por tanto, ambos productos se diferencian en composición, textura y aplicación, soliendo ser recomendados para diferentes tipos de piel. El agua micelar en todos los casos, incluidos los sensibles, sobre todo los que no tienen muchos minutos que perder; la leche limpiadora especialmente en casos normales a secos o cuando se quiere dedicar algo más de mimo mediante un masaje que disipe la tensión acumulada del día.

¿Qué es mejor agua micelar o leche limpiadora?

Ambos formatos retiran los residuos acumulados de la piel, por lo que el primer criterio a la hora de elegir el mejor para ti será el gusto personal. Hay personas que prefieren limpiarse con fórmulas que le recuerden a la frescura del agua, otras optan por la comodidad de una untuosa leche. Algunas tienen mucha prisa, especialmente por la mañana, y no pueden detenerse mucho, otras ven la limpieza un ritual de autocuidado con el que disfrutar empleando más tiempo.

A partir de ahí, también dependerá de la cantidad de productos que se hayan aplicado. En caso de haber maquillaje, cosméticos o productos resistentes al agua, será recomendable usar ambos para una doble limpieza. Si el colorido es más suave, puedes elegir leche o agua y, por último, si no hay nada sobre el rostro, por ejemplo, cuando te levantas, una pasada de agua micelar puede ser más que suficiente.

El tipo de piel influye mucho, la sensible amará el agua micelar (como ya te contamos en este tema en el que hablamos de ello en profundidad), también las mixtas o grasas que busquen esa sensación ligera y fresca. En cambio, las normales, secas o muy secas se inclinarán por texturas en leche que las reconforten.

La estación o clima del año en el que nos encontremos también influye. Viento, sequedad, frío deshidratarán la piel y harán que busque opciones más untuosas; mientras que tiempos cálidos y humedad empujarán a soluciones como el agua micelar.

¿Qué va primero leche de limpieza o agua micelar?

Hay una regla no escrita en cosmética a la hora de limpiar la tez, por la cual se deben alternar texturas. Es decir, comenzar con aquellas de base más consistente (aceites, bálsamos, cremas, leches limpiadoras) y después proseguir con aquellas más livianas, como aguas, brumas, tónicos o aguas. De esta manera se logra una operación completa, perfecta para dejar la piel pulcra y cristalina.

Así, si se van a usar ambos productos, primero debes aplicar la leche limpiadora y luego el agua micelar. A nosotros nos encanta el Agua Micelar Anti-edad , de La Provençale BIO, enriquecida con extracto de hojas de olivo BIO, rico en polifenoles. Limpia en profundidad y tonifica sin resecar, eliminando suavemente impurezas y restos de maquillaje de rostro, ojos y labios. Tras su uso, la epidermis se ve tonificada, elástica y tersa, lista para recibir los cuidados posteriores.

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