Para muchos expertos, el sérum se ha convertido en la nueva crema hidratante. Ese gesto de belleza infalible sin el que nadie concibe su rutina diaria. Pero, ¿sabes realmente qué es, para qué sirve o cómo aplicarlo? Sigue leyendo si quieres saber todo lo que el sérum pueden hacer por tu piel con unas simples gotas al día.
El sérum es un tipo de formulación altamente concentrada que permite aportar una potente dosis de ingredientes activos a la epidermis. En el mercado existen multitud de opciones (ya sean enriquecidos con antioxidantes, ácido hialurónico, péptidos o activos botánicos) diseñadas para hacer frente a diferentes necesidades, que van desde la hidratación o luminosidad hasta la regeneración y corrección de manchas. Pese al amplio abanico de propuestas, lo que todos tienen en común es que son capaces de llevar estas pequeñas moléculas a capas profundas de la piel, donde realizan el mayor beneficio posible.
Un sérum no solo libera de manera más eficiente los activos, pudiendo funcionar como un potenciador del resto de tratamientos aplicados, también tiene las siguientes funciones:
Por último, el uso del sérum lleva asociado un placer cosmético que engancha. Al ser tan ligero y concentrado, penetra rápidamente y se absorbe al momento sin dejar residuos. Además, su fórmula suele ser cuidada y mimada, incorporando aromas que te transportarán a otros momentos y lugares.
Se recomienda hacer un uso continuado del sérum durante al menos siete semanas para poder evaluar cómo respondemos a la novedad y si interactúa de manera positiva para el rostro con el resto de productos que conforman la rutina de belleza.
La textura fina y de rápida absorción de los sérums hacen que sean perfectos para aplicar sobre la piel limpia y debajo de cremas y otros tratamientos, tanto mañana como noche. Solo es conveniente tener en mente que aquí el orden de los factores sí altera el producto, por lo que deberás respetar el siguiente: