Tener la piel fina, más allá del dicho, puede resultar una preocupación para quien la luce, especialmente porque sus particularidades suelen acrecentarse con el paso del tiempo, la acción de las agresiones externas o el mantenimiento de un determinado estilo de vida. Aunque estos factores influyan decisivamente, la genética suele ser el determinante de poseer una piel fina o delicada. Pese a que luchar contra lo que la naturaleza nos brinda es algo complicado, cuidar este tipo de casos para que luzcan su mejor aspecto es más sencillo de lo que parece. Comencemos explicando en qué consiste exactamente y cómo detectarlo para después avanzar a unos consejos y el ritual de belleza idóneo para seguir a diario.
La piel del cuerpo no tiene el mismo grosor en toda su extensión. Por ejemplo, a simple vista te habrás dado cuenta de que la palma de las manos o la planta de los pies son más resistentes y gruesas que otras, como la del contorno de ojos, que rápidamente delata si estás cansada, has dormido mal o no te estás cuidando demasiado.
La piel fina es aquella que tiene un grosor insuficiente, aunque, como el resto, presente los tres estratos clásicos: hipodermis, dermis y epidermis. En su caso, estas capas serán más delgadas y tendrán menos cantidad de grasa. Por decirlo de una manera sencilla y gráfica, se nota menos acolchada y fuerte, más expuesta a los agentes ambientales y sensible o reactiva.
Con el paso del tiempo, la piel sufre de manera natural un proceso de adelgazamiento. En el rostro se percibe como una pérdida de paquetes grasos en los pómulos, las sienes, la cuenca de los ojos. Además, la superficie se reseca y afina, presentando una textura más inflexible y poco elástica que saca a relucir líneas y arrugas de expresión. En algunos casos este proceso sucede antes, en otros después, pero suele ir parejo al transcurso de los años y la genética.
Aunque a primera vista sea muy bonita, la piel fina requiere cuidados y mimos extra para no agravar su condición. Suele reconocerse porque parece traslúcida, deja entrever vasos o venas y se amorata con facilidad. Por otra parte, su exterior es homogéneo, los poros no están excesivamente dilatados, ya que produce menos grasa. También el tono acostumbra a ser sonrosado e incluso puede parecer porcelana por la uniformidad y luminosidad de su apariencia. Pero, como este suntuoso y sensible material, la piel fina es delicada y frágil, por lo que deberás estar atenta a sus necesidades.
El consejo más importante que debes recordar es mantenerla hidratada y nutrida constantemente para que su función barrera frente al medio que nos rodea se mantenga estable. Incluir en la rutina cosméticos enriquecidos con aceites, ácidos grasos y antioxidantes servirá para que se vea saludable y suave, retrasando la aparición de los signos de envejecimiento que aquí pueden aparecer de manera anticipada.
Además, beber agua favorecerá que se comporte de manera más elástica, lo que se traduce en una mayor flexibilidad frente a irritaciones o posibles daños. Otro tip básico es protegerse del sol, ya sea con un fotoprotector con un filtro mínimo de 30, evitando las horas de mayor incidencia o llevando ropa y sombrero que funcionen como una pantalla escudo frente a la radiación ultravioleta.
Por último, dos hábitos de los que deberíais olvidarte, el tabaco y el alcohol, ya que deshidratan y empeoran la microcirculación, pudiendo desembocar en un envejecimiento prematuro que incluye el adelgazamiento cutáneo.
El primer paso debe ser limpiar y tonificar el rostro. A tal fin nos encanta el Agua Micelar Anti-edad , con extracto de hojas de olivo BIO, rico en polifenoles. Elimina las impurezas y restos de maquillaje de la cara, ojos y labios completamente. Indicada para todo tipo de casos, incluso las sensibles, porque hidrata, tersa y refresca en una pasada.
Para aumentar la hidratación, luchar contra la formación de arrugas y líneas de expresión y reafirmar la piel, aplica antes de salir de casa la Crema Anti-edad de Día. Concentra el poder el aceite de oliva BIO, rico en polifenoles antioxidantes, que ayudan a rejuvenecer la tez. Hidrata, suaviza con un delicioso aroma floral a jazmín y mimosa. Tras su uso continuado percibirás el rostro rellenado y jugoso.
En la noche, cambia al Bálsamo de la juventud, un cuidado específico de textura fundente para regenerar y reafirmar durante el sueño reparador. Esta crema también contiene aceite de oliva BIO que, junto a la manteca de karité, y un aroma envolvente harán que disfrutes de un verdadero momento de relajación al final de la jornada. Nutre, estimula los mecanismos de renovación natural y mejorar la apariencia de las líneas de expresión y arrugas.
Para finalizar, tanto por el día como por la noche, la piel fina, que lo es más alrededor de los ojos, se beneficiará de la incorporación del Contorno de ojos Anti-edad. omo resultado de su utilización, la mirada se revela más hidratada, luminosa y lisa en cuanto a bolsas y ojeras. Rico en polifenoles del aceite de oliva BIO, también contiene flor de aciano BIO que descongestiona y alivia la tirantez.