Las manos son una herramienta fundamental para el desarrollo de nuestra vida diaria. A veces su cuidado suele quedar en un segundo plano dentro de los rituales de belleza convencionales pese a que, sin duda alguna, es una de las partes del cuerpo que más atención y mimo necesita. Si notas que su piel ha perdido suavidad, tersura o presentan un aspecto agrietado y reseco, ha llegado el momento de prestarles más atención y darle un extra de cuidado. Para ello deberemos partir del conocimiento de sus características específicas, necesidades y causas que provocan su deterioro.
La piel de las manos, junto con la del rostro, está muy expuesta a los factores externos, como los cambios de temperatura, la acción del agua, los detergentes, la radiación solar y la contaminación, etc. Todos ellos la resecan y fragilizan, al debilitar su función barrera.
Además, se presenta de manera diferente en dedos, dorso y palma, con respecto al resto del cuerpo. Mientras que allí la piel es gruesa y robusta para resistir el día a día, la que corresponde al dorso de las manos es especialmente delgada y delicada. En consecuencia, como la piel y sus características difieren según su localización en el cuerpo, no debe recibir el mismo tratamiento, sino localizado y ajustado a sus requerimientos específicos.
En el caso de las manos, el contacto con agentes externos ya mencionados, como los rayos de sol, productos de higiene, superficies y materiales diversos, temperaturas extremas, hace que naturalmente la piel de las palmas y yemas de los dedos sea más gruesa y carezca de glándulas sebáceas, favoreciendo su deshidratación. En cambio, el dorso es de por sí fino y delicado, mostrando rápidamente las señales del envejecimiento, como manchas, arrugas, venitas, o la falta de un cuidado habitual nutritivo y protector.
A esto hay que sumarle que, con la edad se inicia el proceso de envejecimiento por el que la piel pierde elasticidad, tonicidad y turgencia, al disminuir la grasa subcutánea, dando paso a una apariencia menos juvenil y saludable.
Las labores del trabajo diario o simples gestos que realizamos de forma inconsciente nos exponen a un sinfín de agentes que pueden alterar el estado de la piel resultando en unas manos secas y agrietadas. Entre los factores más comunes que afectan a su aspecto encontramos:
Para paliar sus efectos, en La Provençale BIO hemos desarrollado un producto único de cuidado de manos, capaz de recuperar los niveles de hidratación y nutrición necesarios para tener un aspecto suave y terso, gracias al poder de ingredientes certificados procedentes de la agricultura ecológica. Se trata de una crema para manos resecas y agrietadas con aceite de oliva BIO, manteca de karité BIO, aloe vera y un 20% de glicerina de origen vegetal. Un verdadero aliado contra las pieles secas y dañadas que repara y nutre eficazmente las manos, devolviéndoles la comodidad, suavidad y calma que tanto necesitan mediante una textura untuosa y protectora, pero que no deja residuo graso o pegajoso. Además, las envuelve en un delicioso aroma floral que te lleva directamente a la Provenza. ¡Consejo experto! Al extenderla no olvides muñecas y uñas para un tratamiento completo, que siempre puedes llevar al siguiente nivel con el resto de productos multi-usos de nuestra marca.
Además de contar con una crema específica para su cuidado, las manos deben contar con un ritual propio de belleza que las haga lucir siempre perfectas. Toma nota de estos tres pasos fundamentales: